martes, 25 de septiembre de 2007

¿Interpretar un escrito sagrado?

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...Sagrada Biblia....? ...interpretaciones...? va a ser que no.....

Alguna que otra amiga (ejem) me ha pedido otro post polémico. Pues nada, aquí va.

Alguna vez hablando con ella y mas gente sobre religión, ciencia y demás, habíamos polemizado sobre el hecho de las diferentes interpretaciones de una doctrina... ya sea escrita, oral, etc... Por ejemplo, las interpretaciones que se pueden dar a la Biblia.

Yo digo: una doctrina nos tiene que dar, entre otras cosas, respuestas. Pa eso está. Si no, ¿pa qué liarla? Nos da respuestas, indicaciones de qué hacer en depende de qué situación, de qué actitud tomar, de qué es aceptable y qué no, de lo que está bien o mal.... Quizás un poco de todo. Se supone que un texto sagrado que describa una doctrina, esconde una o varias verdades y el camino para llegar a ellas. Ya sea la Biblia o las enseñanzas de Buda. No hace falta que sean intentos de aproximaciones a verdades referentes a la realidad física, de la cual se encarga la ciencia. Pueden ser espirituales, pueden ser el camino para llegar a nirvanas, a metas superiores, a aquello que añoramos. Muy bien.

Pero si nos ha de servir de guía para algo, antes habríamos de tener una interpretación correcta para poder aplicarla y que nos guíe por el buen camino. ¿Hay una... hay varias? Da igual... pero lo que está claro es que habrá interpretaciones correctas, que serán si no una, las menos, y las incorrectas, que serán un número mucho mayor.

Pero... ¿cómo saber que la interpretación que tomamos es la correcta? Si precisamente es un texto que nos hace de guía, y por ello nos guía para saber cómo comportarnos y cómo tenemos que llevar una recta vida para llegar a buen fin (sea lo que sea lo que signifique eso)... ¿acaso no tendríamos que saber de antemano hacia dónde vamos?. La pregunta... ¿es posible interpretar un texto cuyas claves para interpretarlo estén en el propio texto?

Pues evidentemente... NO. ¡¡Ahí está la incongruencia de pretender que un texto sagrado, una guía, unas normas, o unos principios aunque sean personales que pretendan ser una enseñanza que nos ayude a llegar a algún estadio elevado o a una verdad en principio desconocida, sean interpretables por nosotros mismos!!. ¡¡Porque las propias claves para interpretarlo están en el mismo sistema a interpretar!!... ¡¡es como dejarse las llaves dentro del coche cerrado!!

Mirad qué curiosa situación! Imaginemos que sabemos la verdad última de Dios de antemano .. en plan “quereos los unos a los otros”, o “el amor es lo primero bla bla bla”, o alguna cosa así. Da igual el contenido y su extensión. A partir de ahí, podríamos interpretar la Biblia para que nos dé esa solución, y entonces aplicar esa interpretación a los demás campos de nuestra existencia como guía. Por tanto, el pasaje ese que no se quien asesina a no se cuantos por que le ha robado cuatro cabras (me lo invento, vale, pero cosas parecidas hay), lo tomaríamos metafóricamente. En cambio, el que todo el mundo se quiere y respeta, pues sería mas “literal”. ¡Parece que mirando por aquí todo cuadre!. Todo muy bien......hasta que nos enteramos que la propia verdad esta de “quereos los unos a los otros”... ¡¡estaría en ese mismo libro que hay que interpretar!!!! Si nos ponemos a tomar todo como metafórico, ¿quién nos dice que el propio “quereos los unos a los otros” no es metafórico en sí mismo y no quería decir “extermina a todos tus congéneres y lo quiero para ayer”??? ¡¡El resultado es equivalente a intentar desencriptar un archivo cuya clave para desencriptarlo está encriptada en el propio archivo!! ¡¡O como he dicho antes... cerrar el coche con las llaves dentro!!. ¡No se yo... pero lo veo chuguillo! Yo creo que Dios en todo caso dijo... “ups... creo que me he colao!”. ¡¡Todo se desmorona!!

Aquí está la explicación de que, ineludiblemente, realizar una interpretación de un texto moral requiere de una moral externa. Si admitimos las enseñanzas (de Buda, de la Biblia o quien sean) como no literales, el “quereos los unos a los otros” podría ser metafórico también. Si decidimos que no lo es, es porqué EXTERNAMENTE lo hemos decidido así. No sería una enseñanza de la Biblia, o de ningún Dios: es lo que yo, mortal como yo solo, he escogido como “semilla” de interpretación. ¿por qué?, Pues.. en un sentido lógico.. porque sencillamente, me rota. ¡¡Pero no ha podido ser la propia Biblia quien me lo ha dicho!!

Por tanto: ineludiblemente, si pretendemos que tenga LA verdad, o la Biblia (y cias) se interpretan literalmente, o son un tongo de mucho cuidado, o las dos cosas. Y ojo... todas las doctrinas religiosas y moralistas sufrirán de este agujero. El único significado inequívoco es el literal (o lo mas literal posible, vamos). Y si se interpreta literalmente la Biblia, mierda... por que no tengo ninguna hermana que vender por cuatro camellos, ni que ofrecer al pueblo enfervorecido para que la violen mientras atiendo a dos invitados que dicen ser ángeles.

Siempre, siempre, ha de haber una “clave” de inicio de interpretación; una semilla literal e inequívoca. Entonces, el resto del texto SI que puede ser no literal. Pero esa semilla sí que debe estar clarita y libre de interpretaciones para ser nuestro punto de partida. Se convierte entonces todo el tinglado en un texto procedimental(*). Ay amigo.. pero esa semilla, si está en el texto, tiene que estar correctamente identificada. No vale escoger la que mejor nos parezca. Y en los escritos religiosos no pone nada de “hasta aquí esto era cuento... ahora va de verdad” (ya puestos a ser malo... ¿esta frase sería literal en sí misma? Jejeje). Total.. que esta semilla, si la hay, no la podemos determinar. ¡¡La acabamos escogiendo nosotros!!

¡¡Y cada uno se sube al carro que mas le cuadra!!. El meollo este acaba con algo mas que previsible: que la respuesta que queremos y necesitamos ya la hemos escogido a priori cada uno según lo que, por decirlo fino, nos salga de la bolsa escrotal. O sea...¡antes de mirar la guía ya sabemos lo que queremos! ¡Por eso, en el fondo, la moral NO la puede dar Dios, sino que la das tu..... por cojones!. Unos van a su bola y se cuecen su propia solución privadita y se la quedan pa ellos sin mas guía que la que se montan, otros cogen la guía pero la tergiversan a piñón de formas bastantes creativas quedándose mas anchos que largos, los otros la pillan de una interpretación mas o menos estandard y van de la mano del grupo. Unos es una fe privada y otros es una fe institucionalizada como la iglesia Romana. Pero todos, de hecho, su objetivo final es ir retorciendo la interpretación del texto, o de su doctrina particular mental (mas fácil aún, que no está ni escrita) para quedarse tranquilos y justificar su necesitada respuesta identificándola con un “mandato divino” y poder decir “ves macho como estaba en lo cierto: en las escrituras lo ponía clarísimo: donde ponía ‘abre la puerta del templo’ quería decir ‘come patatas del tío Abel’.. estaba cantado!”.

Total, y por si no ha quedado claro. Para interpretar la Biblia, las enseñanzas de Rha o cualquier texto que pretendas que no se puede tomar literalmente, hay que aplicar un elemento externo. Si es otro texto, ha de ser literal. De lo contrario, de nuevo hay que aplicar otro elemento externo. Al final, ese elemento externo acaba siendo tu criterio, tu moral, y lo que a tí te parece. Ni enseñanza divina ni narices. Y no puede estar en ninguno de los escritos a interpretar. Al final, cualquier interpretación de la Biblia, Buda o quien sea es simplemente humana. Y por tanto, a menos que nos creamos dioses, tan falible como los trenes de cercanías de Renfe.... y con cero garantía de que sirva absoluta y totalmente...para nada! ¡¡¡Solo hay la opción de ser literal... y que Dios nos asista si es así!!! (jeje)

(*) Texto procedimental, es aquel que el mismo da las instrucciones para, a partir de sus propias metáforas, construirse a sí mismo y determinar su significado. Pero necesita de una semilla literal de la que partir.

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